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16 jun 2010

Yo soy el Pitta y soy así


Mi vida comienza antes de lo que esperaban los médicos y también lo que esperaban mis padres. Nací el día de la patria, un 18 de septiembre de 1986. Todos sabían que eso no podía ser algo muy bueno, de hecho, partí mi existencia, formándole un trauma por toda la vida a mi madre. Sólo por el hecho de haber nacido, durante todo ese año, mi progenitora no pudo comer empanadas de pino ni tomar su chicha predilecta: aún sufre por mi culpa.
Tengo dos hermanos mayores, que desde los principios utilizaron métodos fascistas sobre mí, tal vez guiados por la forma autoritaria de mi padre. También tuve una hermana y un hermano que murieron al nacer, yo sólo lo supe cuando fui mayor, para ser especifico a los 11 años. Es un golpe muy fuerte que tu madre diga: se te murieron dos hermanos. Es horrible. Pero era aun más tenebroso el humor negro que yo creaba con ese mismo hecho, (burlándome de la muerte de mi propia sangre)

Así fue como fui creciendo y me hicieron ingresar a un instituto Salesiano de la educación. Durante ese tiempo fui obligado a creer en los pensamientos de mis pedagogos, los mismos que al crecer intente desafiar, pero para mi propia mala suerte, tenía unos problemas de aprendizaje y mis notas no eran muy altas. Contra eso sólo podía soportar el régimen sobre el infante. La gente me miraba y se burlaba. Yo estudiaba el triple que el resto, pero a la hora de la verdad, mis fracasos eran elocuentes.

Fui creciendo en ese curso de alumnos, a quienes, por alguna razón, les hacia caso a lo que me dijeran. Ellos lógicamente se aprovechaban de esto, obligándome a tomar actitudes poco humanas. Esto era tarea fácil para ellos, producto de mi pequeñez y mi poco entendimiento en las actitudes carentes de naturalidad. Sólo veía el mayor deleite de las masas infantes, cuando a escondidas, me escupían y pateaban junto a sus risas macabras.
Estuve desde quinto año básico hasta el año que recién pasó (2do medio) a psiquiatras, psicólogos. Recurrí a miles de medicamentos, acompañado de una madre que estaba desquiciada por drogarme con la intención de mejorar mi nivel educacional, sin vivir un ambiente extremadamente tenso.            

Mi días eran típicos, tanto en las clases con gente que abusaba de mí, para luego llegar al hogar con hermanos que me atormentaban todo el día. Debía, al mismo tiempo, enfrentar a una madre que me llevaba a médicos de mierda, que nunca hicieron nada muy bueno por mí.     

Luego de repetitiva existencia, llegó el momento en que mi padre se enfermo de cáncer: etapas catastróficas de ese dictador como padre, pero buen amigo al final de todo. Creo haber sido el hijo que más compartió con el cuando estaba muriendo. Él sabía que no podía mantenerse vivo y seguir siendo el dueño y dictador del hogar. Llegó el momento en que se volvió completamente loco producto de sus medicamentos, lo que lo llevaba a desconocernos a sus hijos y al lugar en donde se encontraba. En esos instantes me sentía moribundo. Lo mas terrible fue cuando entré una tarde a la pieza de mi padre y él estaba con el tubo de oxigeno mirando hacia el cielo, sin alma y sin vida, sólo con su cuerpo ya herido de fatalidad (a mis 13 años de edad muere mi padre)    

Así es como se iniciaron las depresiones junto a mi mantenido bajo rendimiento escolar. La burla era más sucesiva de mis supuestos amigos, los que decían que siempre estarían conmigo, ellos mismos se fueron alejando de mi vida, viendo como me pudría cada día más en el alcohol.

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