música

13 jul 2010

Dos realidades



Como en cada mañana de las más frías de la capital santiaguina, iba a encender su vehiculo Juan Carlos, para llegar a la hora justa a su trabajo, en Av. Las condes, dónde por lo general se ubica en us gran oficina con calefactores de última generación. Debido a las altas temperaturas, el trabajo de calentar el automovil se tornaba muy tedioso, a su vez, que peligraba diariamente su lugar en el trabajo, producido por los constantes atrasos. Además esta era la unica manera que en su engolosinada mente se comprendía como un medio posible de transporte, porque obviamente no cabía la posibilidad de someterse a la humillación de surcar las calles en el bus de trabajadores.


Mientras tanto en el centro de la cuidad, se encontraba una familia establecida hace largos años, era una comunidad que había heredado la labor de colección de cartones, esforzándose por acumular minuto a minutos de vida la mayor cantidad de pesos, sin morir en la calle junto a los perros bagabundos. Era un verdadero milagro que aún estuvieran los abuelos y los nietos en pie. Le agradecían cada día a dios por seguir viviendo. Se daban los ánimos cada mañana, de dónde nadie sabe, para así seguir trabajando en esta cruel y difícil situación.


Finalmente Juan Carlos pudo encender el vehículo, quejándose y sin notar de las valiosas oportunidades y materiales que poseía gracias a su excelente situación social y monetaria. Pero lo hacía sin imaginar la pobre vida de la familia de cartoneros, o acaso, ¿un personaje que vive del dinero, hace tantos años, pensaría o entendería la pobreza de otros? Es lógico que no, ya que su realidad familiar siempre ha sido la opuesta.


El hombre, ya instalado sobre su medio de transporte de cinco velocidades, cruza una de las grandes avenidas de la capital, observando hacía el frente, con una risa de magnate empresarial, intuyendo por breves segundos a la sufrida familia de cartoneros; por un segundo piensa: ellos son pobres por que quieren. Justamente, en el mismo momento, la familia empobrecida señala al gran vehículo que corre furiosamente por las calles, creyendo que es una especie de fatídico sueño para ellos y piensan: el dinero que el tiene representa al lugar que nos quitaron hace años a nosotros.

12 jul 2010

El hombre cubierto



Quiero hablarles de un personaje que durante un tiempo fue muy conocido y reconocido por mí humanidad, a quien denominaba a cada momento como mi gran amigo. Por él me dejé guiar en muchas y diferentes ocasiones, en los términos generales que desenvuelven al mundo; por él, al mismo tiempo, deje influenciarme de una llamativa psicología que hasta ese día yo nunca había interpretado por la razón de mi desconocimiento. El problema fue que de a poco esa psicología me fue atrapando durante los días y las noches de verano, creando discusiones y batallas internas, las que aún mantengo vivas producto de sus secuelas.   

Este muchacho era tan crítico, y seguramente debe seguir siéndolo, que creaba un circulo de hombrecitos anti sistémicos, que no tenían ninguna características de ser genios; aunque lo creyeran así, eran más incapaces que capaces. Quizás entender eso en la profundidad de sus almas los llevaba a cada momento linguniar la vida de los demás, radicado en los celos de tener una capacidad de la que ellos nunca podrían llegar a disfrutar.

El arte de este hombre misterioso y aturdido, era sin duda denigrar a la gente con gran pasión, demostrando sus pensamientos y actitudes absolutistas, pero no por eso desafortunadas. Vivía entendiéndose a si mismo como el Dios purificado, con la capacidad de eliminar a cualquier autoridad con su poder absoluto en palabras, cosa que yo no había visualizado hasta el día de hoy por su capacidad sin igual de influenciabilidad. Guiados todos por esas muestras de supremacía, a las que yo fui sometido, fuimos cegados por largos años y casi toda una vida.    

Todo iba de punta en blanco para el autónomo gobernante de mentes adolescentes, hasta que una noche decidí seguir sus pasos, algo que me dejó absolutamente perplejo. De a poco el hombrecillo comenzaba a sufrir cambios físicos, los que a cada paso que daba se formulaban de manera más evidente. Ante mis ojos entendía que quizás no era una locura su deseo de ser el gobernante del mundo, ya que los cambios relatados por mí demostraban un poderío que yo hasta el día de hoy nunca más he vislumbrado.   

Parecía que su cuerpo simplemente lo utilizaba como una especie de disfraz, con el fin de investigar a la raza humana, porque sin duda el era parte de una civilización con dejes de superioridad. En ese momento, por razones obvias, comenzó a producirse una parálisis en todo mi cuerpo, debido al miedo y el nervio reinante en torno a un terror visual y la creación del horror de mi mente contaminada.

¿Qué tipo de confianza podía llegar a tener que alguien me fuera a creer los disparates que había presenciado? ¿Quién iba a pensar como posible que un ser tuviera la capacidad de disfrazarse de hombre con una piel artificial?

Lo único que me restó fue guardar el silencio hasta le fin de mis días, eliminando de los archivos de mi cerebro la imposibilidad racional de lo que yo creo que mis ojos vieron un día.

8 jul 2010

Lumbago


Es una brisa helada que transcurre a partir de un punto, surcando espacios ante todo tu cuerpo. Comienza progresivamente a llenar toda la humanidad de dolor y termina haciéndote ver como un loco con la histeria de gritar a cada momento, con la necesidad de descargar la ira producida por la dolencia muscular. Parecieras tener una invalidez y a veces crees que te podría llegar a durar para toda la vida, desde ese simple momento, que se originó sin ninguna razón aparente. No puedes tener el estado de ánimo del reclamo, o sino se te comprimen los músculos y vuelves a la desesperación de la supervivencia. Tienes familia que te ayuda de cierta forma, pero nadie como tu pareja, la que está castrada a seguirte a cada paso y cumplir  con sus funciones para contigo, mientras tú te sientes débil e incapaz; y cada vez que deslumbras como te hacen las cosas, esas que antes se veían tan simples y cotidianas, te hacen y te presionas para sentirte como un pobre perro lanzado al vació de las calles.

18 jun 2010

Antiguedad deteriorada


Los profetas parecen ser simples profesores del saber:
que rezando, comprendiendo y viviendo las caídas y bajadas de la vida, entienden ser recarnaciones transitorias de perdidas humanas.

Mirando las estrellas caen maleficios de las tribus antiguas,
reinventando sus nuevas filosofías de vida, infectados por el sida,aptas para quien entierra agujas en el nacimiento del amanecer. 

El olvido de lo antiguos y el porvenir silencioso, parece lo un decir de nuevas juventudes sin muchas virtudes, mientras los ancianos son alejados como esclavos de la basura. 

¿Q señas son a las cuales usted se quería referir? las burlas de mis hijos que no fueron enseñados a leer ni a escribir.

17 jun 2010

El falso profeta


Cuando era pequeño escuche en la radio:

La llegada del ser personificado en lo humano, que ha intentado influir en los pensamientos y creencias de la gente, es la demostración clara del inicio de la finalización del mundo conocido como tal. Sus cuestionamientos hacía lo católico-cristiano y rebeldía ante Dios. Éste personaje trae a las culturas sus señales, las que intenta reforzar cada día con mayor fuerza ante sus seguidores y esclavos. Su representación radica en el número humano seiscientos sesenta y seis, que nos traerá la destrucción y al anticristo. 

El mundo está siendo dominado por dictadores, criminales y psicópatas en serie. Sin duda es el reino promulgado por el falso profeta, mezclándoce en sus inicios en la escuela de la santidad; esperando el primer momento para publicar sus actos y escritos. 

La iglesia se ha reunido con la intención de defender a sus hijos doctrinarios, con la materialización de la oración propuesta desde los inicios de la historia por su padre creador. 

El gran problema es la influencia en la juventud y el abultado conocimiento de la representación anticristo en la juventud y la visión del falso profeta, internada en cada hogar del cuestionamiento y la perdida razonable de la fe cristiana.

Escarbando en la nada


Nada se ha iniciado y nada ha deseado terminar;  
los tiempos idénticos me han transformado:
nada es igual, al mismo tiempo,
todo se podrá intercambiar.
¡Lugares de irregulable libertad!

Dentro de la felicidad, siendo la nada absoluta;
al interior de mi vida, pidiendo tan sólo un misero recuerdo,
sin comprender a la gente que se dice feliz - así aprendí -
soñando falsamente, sintiéndome dentro del desprecio.

Pero ellos son amigos de lo incomprendido absoluto,
mucho menos de lo que mi amargura podría desear:        confortablemente solitario, placenteramente autoritario.

Caminamos por las tierras santas, inundado de penas,
siendo muy poco para ellos y disconforme con uno: 
escarbando en la nada de mis destierros.

16 jun 2010

Marca perfecta


Soy el que posee una marca perfecta, sin destacar por mis presencias. No soy aquel que pide pan y agua, sin poder ver a través de tu alma, al encontrarme dentro de la habitación más oscura de toda la muerte racial.

¡Sólo los cerdos de guerra aprendieron a luchar por una razón convincente!

Nuestro dinero ya no es sólo papel: es un arma fuerte que en cualquier momento puedes perder. Toma tus ganancias y huye rápidamente, antes que se alimenten de alma y vientre.
El tejido verde puede pensar, distanciado de lo conocido por prudencia, si es que te devoran las tecnologías, junto a un par de tus estúpidas vivencias.

Ya hemos perdido un par de santos literales - no artificiales -
pero nos defenderemos un par de siglos más de porquerías irreales, Para que los destellos de luz no nos tapen la vista y la conciencia; De un par de mentiras por año... por un par de pérdidas nacionales.

¿Crees que estoy al interior de ustedes? puede que estés un poco demente, como esas torpes estatuas tradicionales: pidiendo la clemencia de un santo.

Yo no detendré mis látigos tortuosos, al impactar tus espaldas humillantes. No permitiré que mis hijos nazcan tontos de ideas como solía ser antes.

Calles en venta


La hermosura de lo inactivo.
El anhelo de lo envejecido.
Miradas y disquiciones hacía el sueño interior
y algunas proposiciones con un poco de intrínseca pasión.

Lo que no puedo imaginar por mis dotes de pervertido,
pero que puedo interpretar con un par de violentos suspiros.
Unicamente espero un día poder ver tu bella imagén sobresalir,
dentro de miles de mujeres robustas: falderas putas tan similares a ti.

Tú eres más bella que todas las sirenas de carne en arriendo.
¡Vamos! dame el cambio. Debo volver con mis hijos y mujer.
Recuerda que todas las noches vemos películas al anochecer.

Picho: el perro de Chile

 
Nadie tiene muy clara su edad ni el lugar del cual proviene, sólo sabemos que el Picho es el favorito de los más grandes y chicos. No siempre fue igual; se dice que antiguamente era un perro callejero, como cualquier otro de su clase. El Picho tenía claro que la gloria no le caería de los cielos, entendía que debía luchar duramente para obtenerla.

Mi primer encuentro con él, fue en mi pasaje, cuando tenía escasos años. El a diario trataba de morderme los tobillos. Esto me provoco diversas crisis y pesadillas, a su vez, me indujo no salir de casa, producto del temor que reinaba en mi día a día. Yo pensaba: ¡perro de mierda! Pero estos insultos mentales eran producidos por que no me percataba en lo que más tarde se transformaría el quiltro de Chile.

Fue así como pasaron algunos meses y me lleve la sorpresa de encontrarme a este perro en mis aposentos, en el cargo de guardián del hogar. De inmediato fue bautizado con el nombre de Pichicho (Picho para los amigos) dejando de lado cualquier tipo de diferencia que hubiéramos tenido en el pasado. A pesar de desconocer la edad del picho, mi familia entendía que estaba en el promedio más elevado de edad en cualquier perro. Por esta misma razón comenzamos a temer por su salud y seguridad. ¡Que tontos fuimos! es que aun no nos percatábamos de los grandes poderes ocultos que poseía el Picho de chile.

Sin importar la alta edad, el nuevo cachupín de La Florida era el alma de la fiestoca y de las suripantas del barrio. Fue así como intentaba hacer lo que fuera para lograr sus básicos instintos vivenciales, junto a gigantes en la materia. Pero no todo era bailoteo para la vida del canino supremo, pues, recuerdo ese mágico momento en el cual dejo su pisada en la luna, al mismo tiempo que introducía la bandera de chile lindo. Sí, como ustedes escuchan, fue el primer perro en pisar la luna para los incrédulos lunáticos.

El canino galáctico, luego de esta extensa expedición y su regreso a la tierra, se encontró con una ingrata sorpresa. Yo estaba encarcelado ya hace seis meses y mi familia no había hecho alguna cosa por rescatarme. El Picho sentía que había que actuar rápido, y así mismo fue, en una operación de 24 horas, junto a su amigo Charquicán, lograron liberarme de las rejas y azotes; aun agradezco en mi corazón este gran gesto hacia la patria.

Finalmente había llegado el momento de volver a casa, pero las cosas no volverían a ser como antes solían ser. Cuando llegamos de regreso a mi hogar, me di cuenta que el Picho había perdido su inmortalidad y ahora era más vulnerable. Fue en ese momento, en el cual decidió dejar sus funciones de guardián para ingresar a casa, siendo ésta la peor equivocación que pudo haber cometido.

En el momento en que ingresó en la habitación de la abuela Ventura, no pudo levantarse nunca más. Quedó lamentablemente postrado para siempre. Era lógico que esta loca abuela, aprovecharía esta situación para utilizar a nuestro líder a su pleno antojo; situación idéntica a como se suscitaron los hechos. Desde ese momento, la abuela usó a nuestro Picho como uno más de su colección de juguetes.

Nosotros ya dábamos por perdida la lucha, justamente cuando inexplicablemente sucedió el milagro que nadie había considerado. Al tercer día de haber caído postrado, el Picho se levantó como si nada, corriendo a las calles. Nunca creí que sus ansias de libertad fueran tantas. Fue parecido al evento de Jesucristo, pero el Picho no resucito al tercer día, sólo se levanto de su guarida. Habíamos vuelto a soñar, justamente en el momento que nuestro Picho volvió a caer pero esta vez, cayó para siempre.

Mi madre me comunicó que era el instante de desaparecer los restos. Mientras la abuela Ventura no se daba cuenta, mi progenitora introdujo en una gran caja al cuerpo inerte del ya fallecido. Con rapidez emergió a la calle, esperando el camión de la basura, para hacer entrega del cuerpo previamente mutilado. Mientras caían las lagrimas del rostro de mis cercanos, se podía observar como se saboreaban los hombres, tal ves por el festín que se darían mas tarde al colocar al Picho sobre la parrilla.

Si ustedes creen que esto acaba aquí, están muy equivocados. Hace poco tiempo, un día de atardecer, luego de volver de clases, me encontré con la sorpresa de que mi madre ya había encontrado al reemplazante, no cualquiera, si no, que se trataba de la Picha. Es la imitación barata de nuestro recordado canino espacial. Tiene los mismos rasgos físicos, junto a una juventud que no poseía nuestro perro chileno.

Esto no puede estar pasando, es una falta de respeto para miles de chilenos que hemos vivido por la obra y gracias de Picho.

Gracias Picho, gracias Chile

El viajero


Los caminos del viajero finalmente han llegado a un lugar, para el término de la locura y el cansancio. Es el medio día, de aquel viernes de nubes negras y gotas gordas; introducidas en la gran selva. Sin alguna ubicación de tierras, no sabe a que temer y de que cuidarse. El viajero lamentablemente sabe sólo su idioma de procedencia (el español). En el momento de su llegada, a estas nuevas áreas, que tal vez ninguna persona había pisado antes, tenía la mente plagada de millares de ideas locas y desenfrenadas. Él no deseaba dar un paso más, por que entendía que no iba a tener la misma suerte. Imaginaba que luego de seguir la caminata, por sectores desconocidos, una bestia salvaje podría aparece; devorando todos sus interiores.
                                                                 
Inició una meditación a cerca de la situación en la que se encontraba. Luego de un par de minutos, se dio cuenta que si no se movía de aquel lugar, los insectos y los lagartos lo devorarían de igual manera. Sin nada más que su bolso y sus ropas, se dispuso a seguir su trayecto y luchar con las posibles amenazas futuras. No tenía visualmente claras las amenazas, sólo sabía que las habría.
                                                                  
En los primeros metros de aventura, aun se notaban rasgos de sonrisa en su rostro, junto a sus humildes sueños de salvación. Observaba el camino bastante despejado, aunque no sabia en que dirección se dirigía: no sabia cual era la derecha y cual la izquierda. Lo único que hacía cada cierto tiempo, era inspeccionar su cuerpo, para ver que no tuviera elementos enterrados o animales succionando su líquido vital.                                                                                     
De pronto, se encontró con una sorpresa: era rodeado de construcciones en condiciones muy precarias. Sus ojos exaltados al igual que su corazón, observaban la situación. Sin saber lo que le esperaba, decidió internarse en estos monumentos, del centro de la selva. Para la gran sorpresa del viajero, visualizó a docenas de pequeños humanoides de raza negra, que sobre la piel, untaban una capa de pintura blanca. Eso no era todo, estos personajes sacados de los primeros años de la memoria humana, estaban iniciando una especie de rito ancestral. Luego de canticos extraños y bailes exóticos, pudo apreciar el cuerpo de un hombre de piel blanca, con un orificio en su cabeza. Esto era horrible ¿Si le habían hecho eso a este hombre, que podrían llegar ha hacerle al pobre trotamundos?
                                                                   Cuando menos se lo esperaba, un personaje destacado entre la multitud, tomó el cuerpo del hombre, exponiéndolo por los aires y arrebatando su corazón desde el pecho; acto siguiente, devorándoselo con los dientes. En ese momento, cualquier equivocación o acto de atención, podría provocarle igual suerte al turista selvático. Fue en ese momento, cuando de la espalda apareció un ser gigantesco, expulsándolo al centro de la población de carnívoros. Estos pequeños hombrecillos iniciaron el rito, devorándolo vivo, mientras sus partes se iban pudriendo con el pasar de las horas.

El primer día


Sé que todo esto tendré que soportarlo todas las mañanas, volviéndose algo cotidiano durante cuatro meses, partiendo desde el día de hoy.          

Nuevamente desde temprano en pie. Tiritaba todo mi cuerpo por el frío invernal y la llovizna cada vez más frondosa. Cuando comienzo a meditar en las situaciones que me tocaran al regreso de clases, justamente, es cuando suena la bocina del transporte escolar; en su interior conviven pequeños dementes. Niños de no más de nueve años, que me hablan de sexualidad y de películas que ellos titulan como satánicas. Van saltando y golpeándose con frecuencia sobre los asientos de cuero parchado. Por mientras tanto, el chofer de este bus escolar, corría a velocidades increíbles. A las personas que no lograba atropellar, les grita locuras que sólo se le podían ocurrir a este hombre, que bordea los cuarenta años de edad.

Bajado finalmente de la travesía atemorizante de cuatro ruedas, entré ahora al empobrecido y marginal colegio, imaginándome sobre los posibles cambios en la estructura que siempre ha gozado de una inusitada precariedad. El gran cambio que tanto nos habían prometido, había sido, simplemente, pintar de blanco las murallas. No sé tampoco de que me quejo, todos sabíamos que el cambio no podría haber sido muy grande, contando los treinta mil pesos que paga cada alumno de mensualidad, con el apetecido vuelto de la pasta base.

Al entrar a la sala de clases me encontré con todos los objetos en posiciones idénticas a las dejadas el año anterior. Así es como comencé a ordenar en mi cabeza la situación, al mismo tiempo que me sentaba en la fría e incomoda silla que solía ocupar los años anteriores. Sacando mi gran libro, pensaba que de alguna manera debía aprovechar la mañana, siendo el alumno que siempre llega veinte minutos antes del inicio de las clases. Mientras leía, la gente comenzaba a ocupar los asientos restantes, situación que me incomodaba bastante y que ya había meditado la noche anterior.

Todos gritaban y se abrazaban. En menos de diez minutos se dedicaban a relatar las historias de sus vidas, destacadas por ser tan poco interesantes. Todo se teñía en breves segundos de un tono tan odioso. Actuaban como si no se hubieran visto durante años o si hubieran sido los sobrevivientes de alguna guerra mundial, y lo más gracioso de todo esto, es que sólo se habían visto hace dos semanas.

Cuando sentía que mi cabeza iba a explotar por la razón incontenible producto de tanto griterío sin sentido, fue cuando apareció una profesora a la clase. Ella trataba de poner le orden y quizás creía hacerlo con autoridad ante su jovial y universitaria imagen. Era horrible ante mis ojos el poco respeto que le tenían y la manera en que salían ese grupito de tres mujeres populares de la sala, sin chistear, creyendo posiblemente que aun vivían de sus apestosas vacaciones en casa.

Esto era cada vez más insoportable. Porque tenía que volver a internarme con este grupo de mamíferos sin evolución aparente.

Cuando creí que el tiempo avanzaba cada vez más rápido y observaba que en la sala permanecían cada vez menos alumnos, podía estar y sentirme más tranquilo, pero justamente en ese instante una noticia lamentable fue escuchada por mis oídos. El profesor a cargo de nosotros en la hora siguiente, no podría asistir a clases, lo que significaba pasarme durante las próximas tres horas junto a esta tropa de animales salvajes; escuchando sus comentarios inmensamente estúpidos.

Mi sangre estaba ardiendo totalmente y creí que en cualquier momento mis instintos me llevarían a quemar el colegio, producto de la desesperación. Estaba seguro que no había situación alguna que solucionara este pensamiento agónico. Justo en ese momento me di cuenta de una agradable sorpresa: se podía observar a todos los mamarrachos de los diversos cursos en el patio central. Sus comentarios circulaban entre el tipo de ropa, fiestas y diversas borracheras. Esto ya había pasado todos los límites y junto a un aliado nos dispusimos a la iniciación de la destrucción masiva del salón de clases: la rabia era mucho y sobre todo pensando que era el primer día de muchos más.

Yo soy el Pitta y soy así


Mi vida comienza antes de lo que esperaban los médicos y también lo que esperaban mis padres. Nací el día de la patria, un 18 de septiembre de 1986. Todos sabían que eso no podía ser algo muy bueno, de hecho, partí mi existencia, formándole un trauma por toda la vida a mi madre. Sólo por el hecho de haber nacido, durante todo ese año, mi progenitora no pudo comer empanadas de pino ni tomar su chicha predilecta: aún sufre por mi culpa.
Tengo dos hermanos mayores, que desde los principios utilizaron métodos fascistas sobre mí, tal vez guiados por la forma autoritaria de mi padre. También tuve una hermana y un hermano que murieron al nacer, yo sólo lo supe cuando fui mayor, para ser especifico a los 11 años. Es un golpe muy fuerte que tu madre diga: se te murieron dos hermanos. Es horrible. Pero era aun más tenebroso el humor negro que yo creaba con ese mismo hecho, (burlándome de la muerte de mi propia sangre)

Así fue como fui creciendo y me hicieron ingresar a un instituto Salesiano de la educación. Durante ese tiempo fui obligado a creer en los pensamientos de mis pedagogos, los mismos que al crecer intente desafiar, pero para mi propia mala suerte, tenía unos problemas de aprendizaje y mis notas no eran muy altas. Contra eso sólo podía soportar el régimen sobre el infante. La gente me miraba y se burlaba. Yo estudiaba el triple que el resto, pero a la hora de la verdad, mis fracasos eran elocuentes.

Fui creciendo en ese curso de alumnos, a quienes, por alguna razón, les hacia caso a lo que me dijeran. Ellos lógicamente se aprovechaban de esto, obligándome a tomar actitudes poco humanas. Esto era tarea fácil para ellos, producto de mi pequeñez y mi poco entendimiento en las actitudes carentes de naturalidad. Sólo veía el mayor deleite de las masas infantes, cuando a escondidas, me escupían y pateaban junto a sus risas macabras.
Estuve desde quinto año básico hasta el año que recién pasó (2do medio) a psiquiatras, psicólogos. Recurrí a miles de medicamentos, acompañado de una madre que estaba desquiciada por drogarme con la intención de mejorar mi nivel educacional, sin vivir un ambiente extremadamente tenso.            

Mi días eran típicos, tanto en las clases con gente que abusaba de mí, para luego llegar al hogar con hermanos que me atormentaban todo el día. Debía, al mismo tiempo, enfrentar a una madre que me llevaba a médicos de mierda, que nunca hicieron nada muy bueno por mí.     

Luego de repetitiva existencia, llegó el momento en que mi padre se enfermo de cáncer: etapas catastróficas de ese dictador como padre, pero buen amigo al final de todo. Creo haber sido el hijo que más compartió con el cuando estaba muriendo. Él sabía que no podía mantenerse vivo y seguir siendo el dueño y dictador del hogar. Llegó el momento en que se volvió completamente loco producto de sus medicamentos, lo que lo llevaba a desconocernos a sus hijos y al lugar en donde se encontraba. En esos instantes me sentía moribundo. Lo mas terrible fue cuando entré una tarde a la pieza de mi padre y él estaba con el tubo de oxigeno mirando hacia el cielo, sin alma y sin vida, sólo con su cuerpo ya herido de fatalidad (a mis 13 años de edad muere mi padre)    

Así es como se iniciaron las depresiones junto a mi mantenido bajo rendimiento escolar. La burla era más sucesiva de mis supuestos amigos, los que decían que siempre estarían conmigo, ellos mismos se fueron alejando de mi vida, viendo como me pudría cada día más en el alcohol.

Esclavo por tradición


La riqueza que escarbaron los trabajadores y que solicitabas para tu propio beneficio personal, le costó la vida a muchos mulatos: a millares de los que extraño en mis veredas desangradas. ¡Maldito chileno negroide dominante!

Perdido en el pasado y pensando en lo que vendrá, sólo puedo permitirme deliberar sobre los trabajos de fuerza al que me someten tus padres, tus hijos y las codiciadas empresas modernas. Es la graduación hacía la muerte.

Mis familias afanando hasta la muerte y entregándole todo el poder del sudor y conocimiento a los tuyos. La demencia de las horas de trabajo, sin descanso alguno ni remuneración, son las sustancias que me comienzan a debilitar enloquecidamente.

Si pienso en huir o correr ¿hacia donde iría? Los herederos indígenas están todos acabados por tus plantaciones de veneno etnográfico.

Estoy siendo derrumbado en el suelo de estiércol, con líquidos extraños en la nuca del último respiro. La naturaleza pareciera visitarme, con sus gusanos, que resultan demasiado amistosos como para no querer gobernar mi callosidad corporal. Entrando por los agujeros cercanos cerebro, tu nuevo arte en la manera de asesinar.

Me encuentro envuelto en la eterna oscuridad. Cuatro paredes y tal vez sean muchas más. Debo permanecer estático durante todo el tiempo. Si mis lágrimas circulasen, el daño me lo haría al golpear el rostro en mis recuerdos, impregnados de miedo y pestilencias variadas.

Me van quedando pocos milímetros del respiro

Esclavizándome en cuatro paredes del destierro. En las cuatro paredes de la vergüenza humana, de los cuerpos de tantos desquiciado que luchan a diario por la búsqueda del camino a la libertad.

La batalla parece no tener el mismo sentido antiguo, ya que si salgo de aquí, tendré las huellas de la tortura de por vida en el medio de mi cabeza. ¡Siempre seguiré pudriéndome ante la angustia de vivir!

Abusado por seres sin dominios reales, del abuso de la estúpida sonrisa obligada. Viviendo pisoteado en medio del suelo sin desquite.

¿Ahora para que pensar en el deseo huir?

¡Dímelo tú!

¿No querías ser un gran inventor de la humanidad?
Mira como esta pérdida toda tu nación de esclavos humillantes
.

Otto Bichulek


Otto Bichulek- el buen hombre Alemán- luego de su nacimiento estreno el periodo más duro de toda su existencia. A sus breves años, vio la masacre a la que fue sometida toda su familia: su padre degollado y su madre violada hasta la muerte. Luego de vivir esos crudos hechos de infancia, que marcarían todo su destino, abrió los ojos de la percepción y comprendió que era el personaje Germano, perteneciente a la raza más pura de la fértil historia de la tierra de los hombres dolidos.                              

El joven árido, había pasado sus años cuestionando todo tipo de existencia, convirtiéndose en un adolescente estructurado, vengativo y muy estudioso. En su mente ya había sido iniciada su lucha en contra de la humanidad pacifista ¿Quién mejor que él para privar al pueblo de la majadería y la inmoralidad creciente? Habían pasado muchos años en los que había visto los extremos más absolutos de los hombres y mujeres, que se encontraban desposeídos de representaciones de control. Otto sintió el llamado desde la repugnancia más alta de la humanidad, concibiendo el llamado de la disciplina forzada; un cargo que buscaba hace años y pensaba merecer como nadie: el controlador de los sin ley. El personaje que debía tomar las decisiones absolutas de la nueva era.

Es así, como nuestro joven camarada, proveniente de las afueras de Berlín, inició un encierro personal, para diseñar el plan de intervención de masas. Aterrorizaban a su mente las conductas diarias de la supuesta humanidad, la que él no catalogaba como efectiva, por sus dotes de estupidez y poca vergüenza. El último de los Bichulek sólo veía ratas corriendo por la ciudad; la única solución era comprar ese veneno que lo liberara, hacía un mundo prospero, pensado en las nuevas generaciones… sus nuevas generaciones de principios y virtudes relevantes.

Finalmente había llegado el día esperado, dónde el buen muchacho europeo surgió de los muros de su habitación, para limpiar la basura de los callejones. Organizó escuadrones de batalla y barridas pro humanidad. No tenía como perder. Sabía que finalmente el mundo podría ser un lugar mejor, en el que mirara a sus padres con el pecho inflado. Entendía que el mundo podría ser reconocido y llamado como siempre se debió llamar: el mundo de Otto Bichulek...

Finalmente el niño despertó llorando, a causa de la terrible pesadilla que le había tocado vivir.

Con el miedo de mi locura


Las ideas básicas que nadie fijo y que afloran ligeramente en mí, son las de mantenerme despierto la mayor cantidad de horas durante la noche, por una razón que desconozco. No es algo que yo quiera realmente, es algo que sin intención sucede cada día.

Comienza a bajar la neblina nocturna, mientras mis difuntos familiares inician el rito del sueño, acompañados de esos gritos de ultratumba tan de mierda, los que atraviesan mis dos oídos. Mientras mi hermano duerme en la cama de al lado, intento que por ningún motivo despierte de su sueño tan ligero, cosa que si sucediera sería materializado, de su parte, con un rostro de severo enfado y una experiencia cercana a una posesión diabólica. De pronto logro llegar a la pieza del computador, las horas pasan y la hipnosis a la que estoy siendo sometido por la pantalla con teclas, avanza a cada segundo con más fuerza.

De pronto baja una brisa que a cada instante se hace más helada, junto a esos cánticos ambientales, similares a los producidos en las películas más tétricas de terror. La única luz que mantengo encendida es la de la pantalla del computador, la que no es muy dotada por su dimensión iluminativa. Sigo escuchando los diversos gritos que pareciera nadie escuchar en casa, por el sueño infernal de todos msi familiares. Pareciera que mi mente creara otras voces, o quizás es la que a creado todas, junto a las imágenes perturbadas en las que se fijan mis miradas.

En esos instantes, en medio de la locura que reina mi mente, me pregunto sobre la posibilidad de ver hacía atrás, justo en la puerta de entrada. ¿Sería bueno salir prontamente de la fría habitación o eso conllevaría a circunstancias que ni siquiera mi mente podría vislumbrar? Sólo quiero correr y ocultarme en mi catre, con las sabanas ahogándome hasta el cuello.

Finalmente logro llegar a la pieza contigua y encender la luz del baño, situación que me da mayor luminosidad permitiéndome apagar la luz del monitor. Cierro la puerta del baño y parece comenzar el segundo estado de miedo esquizofrénico. Comienzo a meditar sobre las primeras cosas que nublen mi mente, sin percatarme que ya han transcurrido largos minutos y que el temor se mudo a la instancia de salir del baño en el que me he encerrado por mis temores internos. Salir del baño me llevaría a encontrarme con un hombre corpulento, su sonrisa de psicópata y un hacha ensangrentada en ambas manos.

Luego de creer posible esa realidad, durante largos minutos, abro la puerta y apago la luz, corro furiosamente para esconderme al interior de mi cama, sin acabarse en ese instante el sufrimiento al que me he sometido reiteradas veces.

Con las frazadas de mi cama, oculto instantáneamente todo reflejo posible de mi cuerpo, por la posibilidad de que haya alguien a mis espaldas observándome, esperando cualquier indicio de reflejo para acabar de una vez por todas con mi humilde humanidad. Luego de cubrir todo mi cuerpo, dejando sólo mis ojos y fosas nasales al descubierto, comienzo a tiritar completamente y a sentir como aumenta el sudor grasoso de todos los rincones de mi entidad. La posición más segura para dormir, pareciera ser al mismo tiempo la más apta para un siervo y su maquina decapitadora. Mientras tanto, el aire parece no llegar a mis pulmones, como yo lo quisiera, y pareciera que no hay otra solución que ahogarme entre las sabanas, porque si vuelvo a ir a la pieza del computador o al baño, iniciarían nuevamente todas mis penurias.

Muere el gran tenor del heavy metal


El reconocido y prolifero vocalista Ronnie James Dio, interprete de bandas cómo Rainbow y Black Sabbath, que se hacía acompañar de una discografía abultada con discos como “Heaven and hell” y “Holy diver”, Falleció el día de hoy a las 7:45 hrs. a los no despreciables 67 años de edad. Hace algún tiempo el pequeño demonio del metal sufría de un mortífero cáncer al estómago, que habría acabado con su vida y reconocida trayectoria musical. Es el primer tenor del heavy metal en perecer de un modo tan tortuoso. Hace algunas horas Wendy (la viuda del músico) fue quien informo formalmente de la fatídica noticia en el portal oficial de Internet. http://www.ronniejamesdio.com/

El día de hoy no destacaba por ser uno muy diferente a los demás. Comenzaba la semana con entusiasmo y el estrés cotidiano del estudio, hasta que el día pareció haberse paralizado. En los pasillos del cuarto piso de mi universidad, me encontré con el personaje más desquiciado de mi curso, quien lamentándose y observando mi polera de Iron Maiden me comentaba de la noticia. En breves segundos comencé a ser sometido en el margen de una información que ni siquiera la hubiera imaginado en la mejor de mis pesadillas. Inmediatamente uno recuerda las variadas visitas de Dio a Chile; recuerdos muy personales, que debo compartir con todos los fanáticos, que obviamente, nunca devolverán en vida a la leyenda de la oscuridad y los cánticos guturales.

Ahora sólo nos queda ir a la botillería a comprar un par de cervezas, escuchar los casettes de infancia, los mismo que se encuentran en esa caja roñosa de la habitación adolescente y brindar con melancolía una vez más por el rock&roll, junto al sonido de fondo, con destellos vociferantes, guitarras amplificadas y cuerdas vocales apunto de volverse cenizas bañadas de sangre.

La banda sonora de mi vida se ha construido desde la niñez, para establecer la diaria cotidianeidad y continuar hasta el fin de los días en un rincón escogido de la sociedad. La muerte de los astros no acaba con el tributo inmortal de los celebres hermanos del rock en chile y el mundo.

Las aventuras de los Ventura

Imagen inédita de los Pittet ventura en su llegada a Chile.

En Italia parece ser bien común el apellido Ventura, de hecho es algo parecido a los Pérez o los González en Chile. Como se pueden dar cuenta, es un seudónimo que llevo en mi lomo desde que tengo memoria, junto a la designación de los suizos Pittet.

La gente habitualmente se confunde y pronuncian Petit, algo que en los papeles médicos me ha transformado inmediatamente en el pequeño Emilio. En otras ocasiones relacionan al clan de los aventurados Ventura de Italia, en relación, con la imagen de una popular caricatura llamada Ace Ventura (detective de mascotas). Mis pies chuecos y mi peinado poco flexible, son características semejantes al personaje famoso entre niños y ancianos con chiguaguas. Parece que mis apellidos no son muy populares en estas tierras, pero a uno no le queda otra que entender esto y afrontarlo de la mejor forma los chistes con una mirada iracunda y un pensamiento censurado por sus dotes insultantes.

Entiendo que mi bisabuelo llegó a la provincia de Antofagasta, por el peligro latente de vivir en medio de la guerra mundial, dejando de lado su trabajo de conductor de tren (mas de alguna foto vi en mi infancia de aquella actividad), para con esto, encontrar mejor vida y al amor de su vida, que lo fue hasta el día de su muerte. No hay nada más divertido que ver a un anciano italiano insultando a la gente. Por otra parte, la familia de mi padre llegó de Suiza a Punta Arenas, debido a los problemas políticos de esos años y por la invitación que hacía el gobierno de Chile a los exiliados.

Lo sorprendente de esta historia es sobre la unión de mis padres. Mi padre proveniente de Punta Arenas y mi madre de Antofagasta, se conocieron en Santiago, como una especie de inmigrantes regionales en búsqueda de ganarse la vida; finalmente se ganaron la vida y un par de niños, entre los que estaba el menor de los tres, con cara de suizo, medio italiano, pero más que nada… bien re chileno.

Orden de igualdad en el hombre


La teoría de Foucault sobre lo anormal se encuentra exhibida de manera más que evidente en la película de Kubrick “La naranja mecánica”. El protagonista muestra sus tendencias - quiebra leyes - junto a su grupo de seguidores. Se dedican a realizar todo lo inviolable y lo que por formación social se indica que no es lo correcto. Alex, el protagonista de la película, mezcla lo anterior comentado con un gusto por lo sano y clásico. Es un esparcimiento internado en el séptimo arte, indicándonos los límites de la experiencia, la visión y las dualidades conceptuales en la cabeza de una persona.

Durante la película Alex es condenado a experimentos radicales, para investigar, mediante la ciencia, si un hombre puede cambiar su conducta mediante torturas basadas en la cordura y los reglamentos más estrictos del pasado.

Lo que señala Foucault: los anormales toman las conductas que van más allá de los parámetros, para así ser condenados y castigados, por que merecen y buscan tratos especiales dentro de sus caracteres penales y psiquiátricos, para de esta forma normalizar su condición de criminal.

Las condenas y juicios morales más fuertes, y los sometimientos dentro de las reglas o leyes, van no tato dirigidos a los delincuentes, enfermos o inocentes, sino, van dirigidos a los extraños o anormales; catalogados como distintos a lo que la sociedad distingue como prototipo de persona. Lo correspondiente a una humanidad y relación de hombre a hombre. Se trata de normalizar con castigos como se muestra en la película, como a un perro que se le enseña a correr por un hueso y jugar con una pelota de goma. Si el cachorro no cumple con las ordenes del amo será castigado, al igual que se le castigara al anormal, si no cumple su limpieza mental y física, que va dirigida por las ordenes de los rectores de la igualdad entre los hombres.

En la película se muestran distintos tipos de castigos, mediante lo físico y psicológico, que incluso son más radicales que los que él provoco con sus “vándalos” en su estado de anormal o extraño. De esta manera los enderezadores de la sociedad pueden contribuir con la oveja descarriada, para ser con ello uno más del montón de seguidores de masas, gustos, costumbres, modas y legislaciones diarias.

¿Cuál es la forma de enderezar y remover la conciencia de un criminal sumergido en el mundo de lo delictual?, sin duda que sometiéndolo a más castigo que el promovido por él mismo, para así borrarle o quitarle de su interior las ganas de volver a provocar actos criminales. Lo que me parece extraño es la tendencia de los entes limpiadores y corregidores de la sociedad, que se sumergen en el ámbito de los que culpan para que las actitudes criminales no se repitan posteriormente, usando conductas criminales internándose pro momentos en el mundo de los anormales. La diferencia es que lo hacen para que el sujeto ajeno surja y no lo hacen con el fin de ser uno más de ellos. Castigar más al castigador, al diferente, al rechazado y al mirado en menos, pareciera la mejor solución para modificar los conceptos de los invalidados por los soldados de la mente y las rectitudes humanas.

Al continuar la revisión del films, podemos notar que Alex es criado y castigado de diferentes formas, sin olvidar sus torturas, para tomar un camino común a la gente que toma café y lee el diario por las mañanas. Finalmente pareciera que la vida lo lleva a entender que su realidad es otra, ya que en su cambio fue castigado por los que él lastimo. Cualquier escusa de permutación no existe en la mente de los demás. Nada cambia el castigo y la irrupción social de Alex, al interior de un consorcio ya establecido y sin rehabilitaciones reales.

En el cierre de la obra se muestra que sin importar las conductas y los sometimientos, el anormal nunca deja de sentirse pleno dentro del ámbito de la locura y lo que va en contra de lo acordado.
El animal puede ser castigado muchas veces y tratado de criar toda la vida, pero al interior todos saben que sigue dichosamente siendo un animal.

El deseo de muerte


Cada año más solo, cuando nazco en las cavernas del deseo, volviéndome a desvanecer en hamacas de cristal. 

Soplo las velas con mi madre veterana de carne, entusiasmada de la fértil savia. Con mis añejas lágrimas en los ojos llanos, que no son de defunción sincera, sino, de decadencia en la muerte.
 

Me recuesto en una cama empapada de lamentos no entendidos,
de los cuerpos muertos, de mis herederos del vientre lastimero.
 

La melancolía no se pierde hasta el amanecer.

Sigues ahí – tan interiormente - y avanzas desollando linaje con el tiempo. Hostigas tan vivo y a la vez tan muerto…

Soy integro y no una imagen social de mis deseos.

La primera lluvia de mayo


La mañana era más gris de lo habitual. Despertaba con el cuerpo totalmente entumecido, mientras mi novia yacía en la cama con un ojo cerrado y el otro medio abierto. Había dejado que el reloj continuara girando, a pesar de que debía ir a mi mañanera jornada de estudios, sin embargo, ya me levantaba para surgir al nuevo día.

Al salir con mi garganta humeada y un abrigo de cuero en mi lomo, comencé a ser atacado por la primera lluvia de Mayo. Black Sabbath era mi banda sonora, mientras las micros pasaban y pasaban sin preguntarme mis obligaciones. Finalmente, sumergido en el colapso de los medios de transporte, ya sobre un bus, conseguí abrirme de un espacio entre toda la gente, para seguir la lectura que tenía pendiente desde el día anterior (William Blake: el matrimonio del cielo y el infierno)

El rostro del pueblo era desolador; no sé si promovido por el cansancio, el clima o el cuestionamiento de sus propias vidas, que se aclaran con la tristeza de la lluvia. Mi hermano me dijo una vez que las micros siempre se llenan más en los días fríos, y sobre todo si llueve; lo extraño es que siempre es lo que he vivido y aun no averiguo la razón de todo esto. ¿Será porque todos esperan 10 minutos antes de ir a sus labores, como lo hice yo en la mañana de hoy, será por una necesidad de llegar prontos a sus destinos determinando a los buses como criaderos de presos o no tendrá algún tipo de sentido lógico?

Finalmente había llegado el momento de bajarme y caminar hacía mi universidad, justamente fue cuando frente a mí me encontraba con dos mujeres y sus paraguas gigantescos, hablando del comercio de la vida y del cuál pienso que eran parte. Era arrogante su actitud, su paso pie tras pie y como no me dejaban pasar sobre ellas al encontrarme totalmente empapado.

Finalmente logré mi cometido: ingrese a clases 15 minutos tarde, separando la caparazón de cuero mojado de mi cuerpo; al mismo tiempo escuchaba las líneas de mi profesor, en referencia al texto “verdad y método” de Gadamer. Eran esos breves instantes, en los que mi pensamiento era dominado por el goce, internado en el posible estado de mi novia que dejé en casa hace una hora y 15 minutos.

Niños en el mundo del bochorno y la agresión madura


Golpes y acciones criminales son las que viven a diario nuestros niños, producidas por los protectores y maestros de la esperanza educacional. Son fielmente acompañados por los jóvenes populares y llenos de sangre en sus puños. El estrés estudiantil no es la última barrera en la educación primaria.

Recuerdo los dichos y diretes promulgados en mi infancia, sobre la violencia a la que eran sometidos mis padres por sus educadores. Católicos con barras de hierro y obsesiones del poder ligado a la dominación de creencias e intelectos. Entre esas historias surge una de mi padre, en la que uno de los sacerdotes que le hacía clases de religión lo golpeaba en la cabeza con una campanilla de metal, o para variar, le tiraba fuertemente las patillas. Por su parte, mi madre, contaba que no la dejaban leer literatura con frases que fueran contrarias al catolicismo, instaurando en ella una obligación en la creencia que perdura hasta la fecha. Las libertades de creencias y digestión literaria, parece que eran remplazadas por la obsesiva necesidad de escuchar lo que se quiere y esgrimir en la mirada de los niños un sentimiento personal.

Hoy por la noche, hace algunas horas, vi unos videos en los que muestran a estudiantes que no superaban los 14 años de edad, siendo agredidos tanto en Chile cómo en el resto del mundo. Pareciera que hayan vuelto las temporadas de agresiones promovidas por mayores con educación docente muy poco decentes. Si no son los matones de sus compañeros, son los forzudos profesores entre 30 a 40 años de experiencia, que han dejado los cuadernos y los libros para usar los puños y las patadas abdominales. La semana pasada fue mostrado en televisión una pelea con cuchillos entre dos alumnos, finalizando la riña con un alumno ensangrentado que le lanzaba una roca maciza en el rostro al agresor.

Los niños sufren de un estrés promulgado por sus padres, profesores y la interioridad de un mundo nuevo con diversas responsabilidades y rivalidades, producidas por los niveles exhibidos de manera diaria. Yo recuerdo esos años en los que fui sometido a graves déjamenes, que para cualquier adulto con razonamiento, serían vergonzosos y materia de ser juzgada por la legalidad de cualquier país. Pero obviamente que hay sucesos que son mostrados en el día de hoy, a través de la tecnología, que hacen ponernos los pelos de punta y nos llevan a pensar en los colegios cómo los nuevos segmentos del club de la pelea y la desazón en la educación. Los encargados de reforzar intelectualmente el mundo de los sueños legitimos, han transformado la vida adolescente en un fatidico ring de pelea.

Un yankee en el humilde trono nacional


Desde que Sebastián Piñera inauguro su campaña para postular a la presidencia, me di cuenta de variadas actitudes típicas de él y su tradición empresarial. Algo que había hecho con antelación como en la época del “Mapocho navegable” mismo lugar en el cual se subió en una balsa para recolectar lulos de mierda; la diferencia es que ahora lo acompañan sus amigos como Joaquín Lavín con su “botón de pánico” y su playa en medio de Santiago, o el mismísimo Rabinet que censuro la llegada de Iron Maiden al país en 1992 por una supuesta junta de vecinos de la comuna de Santiago. Los jueguitos de millonarios brindados para entretener y distraer a los humildes ante sus problemas diarios.

Actitudes como las que relato son típicas de los tejanos a la antigua o la gente que quiere llamar la atención sin muchos argumentos o capacidades para la motivación de la ciudadanía. Un empresario que ha vivido toda su vida dándole empleos a gente de clase media, con dejos de patrón de fundo, creo que no puede pedir que esa misma clase sometida lo vea desde una semejante altura de posibilidades adquisitivas, y pienso que es una de las circunstancias que le han regurgitado toda su vida frente a su rostro y sobretodo ahora que es el presidente de la república. No cualquier jefe tiene un helicóptero privado y la capacidad de comprar gran parte de Chiloé, si es que no toda la isla. Yo aún me pregunto sobre las barreras y divisiones sociales de mi país.

La figura de Tatán en estos momentos me recuerda algo a la blanca cabellera de George W. Bush. Quizás sea por la apariencia de tejano multimillonario y esas ridículas decisiones de chaquetas rojas, de bailes exóticos, de volar sobre sus carísimas propiedades por Chile y el mundo, bailar reggaetón y danzas exóticas, esos partidos de fútbol motivando la celebración de yo no sé qué cosa, sin olvidar el cambio de su figura para verse más joven y galán ante un país que vive en un margen inundado de encrucijadas, problemas y discusiones de un progreso irreal.

Creo que el presidente de Chile no sería tan intransigente como lo fue el de los Estados Unidos, en sus relaciones internacionales, quién se dedicaba a crear guerras inexistentes con el resultado de haber aniquilado la vida de personas inocentes, que vivían pacíficamente sin otra intensión que la de alimentar a sus familias venideras. Pero dentro de lo que es el populismo reinante y los discursos que en realidad sólo exhiben el entusiasmo de seres ególatras, hostigados dentro de los márgenes de la envidia de las masas sin oportunidades, podrían llegar a ser dos políticos muy parecidos e insensatos.

En un pequeño recordatorio público de ambos mandatarios puedo recordar a Bush insultando a las cámaras y al pueblo mundial (levantando el dedo del medio) previo a las grabaciones de televisión de un discurso nacional o la lectura de un libro patas para arriba en un colegio de enseñanza básica mientras eran destruidas las torres gemelas. Por otro lado, se instala últimamente en la conciencia de los chilenos la popular frase equívoca de Piñera refiriéndose al maremoto y precisándolo como marepoto, sin intervenir en sus bailes de Thriller en el programa disuelto de canal 13 "el hormiguero".