música

16 jun 2010

Esclavo por tradición


La riqueza que escarbaron los trabajadores y que solicitabas para tu propio beneficio personal, le costó la vida a muchos mulatos: a millares de los que extraño en mis veredas desangradas. ¡Maldito chileno negroide dominante!

Perdido en el pasado y pensando en lo que vendrá, sólo puedo permitirme deliberar sobre los trabajos de fuerza al que me someten tus padres, tus hijos y las codiciadas empresas modernas. Es la graduación hacía la muerte.

Mis familias afanando hasta la muerte y entregándole todo el poder del sudor y conocimiento a los tuyos. La demencia de las horas de trabajo, sin descanso alguno ni remuneración, son las sustancias que me comienzan a debilitar enloquecidamente.

Si pienso en huir o correr ¿hacia donde iría? Los herederos indígenas están todos acabados por tus plantaciones de veneno etnográfico.

Estoy siendo derrumbado en el suelo de estiércol, con líquidos extraños en la nuca del último respiro. La naturaleza pareciera visitarme, con sus gusanos, que resultan demasiado amistosos como para no querer gobernar mi callosidad corporal. Entrando por los agujeros cercanos cerebro, tu nuevo arte en la manera de asesinar.

Me encuentro envuelto en la eterna oscuridad. Cuatro paredes y tal vez sean muchas más. Debo permanecer estático durante todo el tiempo. Si mis lágrimas circulasen, el daño me lo haría al golpear el rostro en mis recuerdos, impregnados de miedo y pestilencias variadas.

Me van quedando pocos milímetros del respiro

Esclavizándome en cuatro paredes del destierro. En las cuatro paredes de la vergüenza humana, de los cuerpos de tantos desquiciado que luchan a diario por la búsqueda del camino a la libertad.

La batalla parece no tener el mismo sentido antiguo, ya que si salgo de aquí, tendré las huellas de la tortura de por vida en el medio de mi cabeza. ¡Siempre seguiré pudriéndome ante la angustia de vivir!

Abusado por seres sin dominios reales, del abuso de la estúpida sonrisa obligada. Viviendo pisoteado en medio del suelo sin desquite.

¿Ahora para que pensar en el deseo huir?

¡Dímelo tú!

¿No querías ser un gran inventor de la humanidad?
Mira como esta pérdida toda tu nación de esclavos humillantes
.

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