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27 abr 2009

El diario de Agustín



Ayer martes 21 de abril, a partir de las 18:30 hrs. tuve la oportunidad de asistir al estreno de un documental en mi universidad. Es producido por un grupo de seis estudiantes de la Universidad de Chile, el periodista Fernando Villagrán y el cineasta Ignacio Agüero. Proclamando este archivo como su propia tesis, los alumnos de periodismo intentan abordar el abuso de “El Mercurio” en sucesos directos contra los derechos humanos. Pero no es lo único que se busca, también se quiere mostrar una realidad a la que muy pocos se han atrevido a profundizar y mucho menos a mostrar con tanta claridad. El dvd saldrá el día 30 de Abril junto al diario The Clinic, en tu kiosco favorito y el de todos tus vecinos.

El Diario de Agustín es un documento grabado el año recién pasado, que en su resultado uno puede aludir a un ritmo, en ciertos momentos, como estancado, con información prudente que no nos sorprende para levantarnos de nuestros asientos. En muchos casos no es algo que no hubiéramos sabido o sospechado, con nuestros escasos años, siendo un tema tan abundante y tan poco tratado en los diferentes medios de comunicación. Aunque los creadores se pueden defender con el argumento de la censura y el poder de la familia Edwars y sus soldados. Es sorprendente como una familia en su quinta generación, aún mantenga el poder absoluto de un monopolio de poder mundial, quizás el más fuerte de nuestro país. Es llamativa la manera de don Agustín para cuidar su propia imagen y la de su producto, siendo dueño de los derechos de autor más mínimos, con ejemplos como la frase: el mercurio miente.

Lo más valorable del trabajo realizado por los estudiantes, son las muestras de influencia de El Mercurio en acusaciones hacía personas, de hechos no cometidos por ellos, como en el bochornoso caso de los disturbios en la visita del papa a nuestro país. Situaciones de extremada definición política e inexistente visión objetiva, en evidentes burlas hacía el marxismo y el comunismo reinante, con titulares como: exterminados como ratones.

Al finalizar el evento, la gran parte del conglomerado salía feliz del lugar, con cara sonriente y señalando que habían sido parte de uno de los mejores documentales que habían visto en la vida. Cero criticas a una investigación que nunca la vi ahondar en términos de dureza y fortaleza contra sus enemigos naturales. Muchos parecían ser miembros de un abanderado, aunque yo no me sentía para nada parte de eso. No voy a negar muchos aciertos de los que se presentaron, pero acompañado de eso, sentí escasez al trabajar en un caso tan poco mencionado y de tanto interés público, como es el del manejo de los medios de comunicación en Chile. 

22 abr 2009

La moda animal: los defensores son los que abusan

 
Los tatuadotes practican su profesión en cuero de cerdo.
Muchos de los defensores de animales se marcan el cuerpo.

Calles contaminadas de jóvenes vestidos de animales. Fobia a la gente que por naturaleza se alimenta de vacuno y pollo. Amor por los animales y descontento por las personas. Cadenas de Internet con animales masacrados brutalmente y caricaturizaciones con una ternura irreal, pertenecientes a las bestias del reino de la selva. Antisociales que se comunican sólo con perros y plantas. Los animales no tienen alma y no meditan si los patean o les hacen cariño en la cabecita. Finalmente lo han logrado: son unos animales.

Recuerdo claramente un día muy especial en mi época escolar. Salí al patio para almorzar tranquilamente, como lo hacía todas las tardes, y en ese momento apareció una mujer con una actitud violentísima, lanzando el pedazo de carne que estaba en mi bandeja, haciéndolo caer a la tierra y gritando a los cuatro vientos: no mates a las vacas, ellas son tus hermanas y madres ¿te gustaría que te comieran y mutilaran? Yo no pude evitar pensar en lo estúpida que era esa afirmación con rostro de mujer; ahora mi pensamiento tiene mucha más fuerza y gana. Desde ese momento que inicie mi duda entorno a los verdaderos ideales de esta tropa de inadecuados personajes con cáscara de cebras, tortugas y cuanto animal se pueda conocer.

Para mí es de una molestia absoluta la actitud de estas personas que se creen dueños de la naturaleza, que critican con un mazo en la mano el canibalismo y que por el otro lado, viven con un canario prisionero hasta el día de su muerte. No quieren liberar a las mascotas, piensan que en sus manos serán mejor protegidos y cuidados, pero caen en el juego del bando contrario de condenar y torturar a las diferentes especies (humanos y animales). Lo más extraño es que por lo general la lucha de estos defensores de las especies va radicado a los seres bonitos, conocidos en primera instancia con la figura de peluches, creyendo muchas veces que se tratan de mascotas y no de depredadores incluso más violentos que nosotros mismos.

Es habitual que a mi e-mail lleguen cadenas de matanzas de focas, con fotos de animales pensando y llorando ¿creen que me voy a comprar el cuento de los animales que analizan la situación de su extinción en el mundo? Si ni siquiera las personas lo hacen, porque se van a preocupar de ello seres sin alma, mentes pensantes y costumbres. Creo que más bien viven porque es lo único que tienen y pueden hacer. Ustedes creen defenderlos, que ellos les responderán con una sonrisa y caricia, peor ellos ni se enteran. No vivimos en el mundo de mi pequeño pony.

Con estas palabras sólo destaco algunos individuos que he conocido durante mi vida, quienes llevan el sentido de una lucha real a una imaginaria y sin sentido, radicada en nada más que una moda de popularidad y ropa peluda, con forma de mamíferos carnívoros y esbeltos. Cada vez se están volviendo más antisociales, odiando a las personas con las que se relacionaban, las cuales siguen fielmente el ejemplo de las criaturas tan queridas por ustedes… Las criaturas sin identidad, pero que viven para seguir matando a sus presas con el filo de sus propios dientes. De eso viven y de eso siempre viviremos. 

15 abr 2009

Bienvenido al holocausto



Estas últimas madrugadas que he pasado en vela, han sido de lo peor. He sentido como mi cabeza vibra, mis ojos se van poniendo rojos y un poco hinchados, sin mencionar mi mente que se cuestiona y detiene como si hubiera consumido kilos y kilos de marihuana. En la televisión a cada minuto se acaban más transmisiones, reapareciendo como todas las noches esas mujeres de poca ropa, que insultan a la inteligencia de los nocturnos sobrevivientes. En la radio los discos viejos ya no se escuchan, todos están rotos y manchados por el suelo. Fumo uno y otro cigarrillo, porque mi madre quiere que deje de fumar, pero de igual forma llega día tras día con más cajetillas. Quizás se aburrió de prohibirme los vicios y ahora espera que me muera: es mucho más rápido.         

Finalmente llega ese momento del día, en el que debo confiar y tratar de demostrarle a la gente que estoy despejado, libre y feliz; saliendo de esta sucia pieza y abandonando este estado vegetal en el que me encuentro, para darme una tibia ducha y dirigirme a una prueba que me destruirá la confianza y el ego ínfimo que me queda. Cuando en esos cinco minutos antes de realizarla la evaluación se me olvide cada una de las cosas que repase, en esta madrugada para manterme en pie, seguiré recordando y torturándome en esta vida de holocausto y legitima miseria.